Los suecos

Partamos de una base: no me gusta nada generalizar porque al hacerlo sé seguro que me estoy equivocando e incluso ofendiendo a mucha gente.
Añadamos también que la tasa de extranjeros en el país es muy alta, siendo una sociedad realmente multicultural.
Podemos empezar por aquí. Una de las características sociales que más nos han llamado la atención (y personalmente más atractiva me parece) es la variedad en el origen de los habitantes del país. Los orígenes más habituales de los emigrantes en Suecia son: Somalia, Etiopía, Eritrea / Irak, Siria, Curdistán / Chile / Serbia, Bosnia, Croacia / Grecia / Alemania, Rusia, Dinamarca, Noruega, Finlandia. Como se puede comprobar, además de los «vecinos» atraídos por las condiciones laborales y de vida, el resto son zonas donde ha habido conflictos durante el siglo XX y XXI. Parece que después de las Guerras Mundiales en las que Suecia no participó (se hicieron los suecos), a cambio aceptó dar cobijo a muchos de los que tuvieron que huir. Desconozco con exactitud las condiciones de cada uno, pero sí he oído que muchos de los asilados reciben del estado una vivienda, una cantidad económica y unos apoyos en forma de guarderías, colegios, cursos de sueco o facilidades para el agrupamiento familiar. Y muchos llevan aquí años suficientes como para haber una o incluso dos generaciones de nacidos en Suecia pero con familia originaria en el extranjero. E igualmente no todos, pero muchos mantienen tradiciones autóctonas que se reflejan, por ejemplo, en la forma de vestir.
Aunque cada uno tendrá su propia opinión, que no suelen manifestar en público, lo cierto es que la apariencia es que los suecos de origen son bastante tolerantes con los foráneos. En el día a día del hospital no he encontrado aún ningún momento que me haga pensar lo contrario. Sin embargo el porcentaje de votantes del partido de extrema derecha, cuya línea política principal es la de restringir el acceso y las ayudas a este grupo de gente, no para de ascender en los últimos 15 años.
Otra cualidad de la mayoría de los suecos con los que hemos tratado es que siempre están dispuestos a ayudar. Ofrecen espontáneamente colaboración si no la pides tú. Por eso es tan fácil tender a preguntar y solicitar ayuda.
Otra acepción actualizada de «hacerse el sueco» es que suelen evitar la confrontación. Comprobado en varias situaciones vividas personalmente, es muy inusual que los suecos muestren sus emociones en público. A pesar de dar malas noticias no suelen compungirse. A pesar de estar en circunstancias difíciles no suelen ponerse nerviosos. A pesar de estar en desacuerdo no suelen discutir ni enfrentarse. Buscan el diálogo y los puntos de encuentro más que los de conflicto.
La otra característica social que más nos gusta es la conciencia de lo público. Tienen claro que lo público es en primer lugar mío, y además de los demás. Por eso todo se cuida como si fuese propio y se traduce en el mantenimiento del medio ambiente, en la limpieza de las ciudades o en el respeto a los trabajadores públicos, por ejemplo.
El otro estereotipo es el que sea difícil establecer una relación de amistad estrecha con un sueco. La sensación que tenemos es que se suelen tener muy buenas relaciones en el trabajo pero al salir es la propia familia quien tiene la prioridad. Además sí se entiende que durante muchos meses se haga vida casi exclusivamente doméstica. Por eso es mucho más frecuente el invitar a alguien a casa que quedar a cenar fuera. No obstante en verano proliferan las terrazas por las ciudades y realmente suelen estar llenas.
Una de las primeras costumbres a aprender nada más llegar a Suecia es descalzarse al entrar a casa. Ya sea tuya o ajena. Incluso en muchos locales públicos. La lógica está en que se viene de una calle encharcada o nevada, pero es norma hacerlo incluso en verano. La puntualidad es otra de las reglas básicas. Y puntual significa al menos 5-10 minutos antes de la hora! Bombones, vino o flores son los regalos típicos si te invitan a comer/cenar a casa de unos amigos. Pero el vino (como todas las bebidas alcohólicas que no sea una cerveza suave de 3° que venden en los súper) sólo se compra en las licorerias (Systembolaget) y los precios son realmente caros. En cuanto a las flores las suelen envolver en las floristerías enteras, cubiertas completamente con un papel protector, el cual se debe quitar antes de entregarlas a los anfitriones.
Hay varios «deportes nacionales suecos«. Quizá el número 1 es el «fikar«. Es el verbo que utilizan para tomar café acompañados de amigos o compañeros de trabajo. Vale tanto para el descanso durante el curro como para ese «quedar a tomar café» con un amigo. El café que más beben es una taza grande de café negro, sin leche ni azúcar. Habitualmente lo acompañan de unas pastas o bollos (kanelbulle o una bolas de chocolate y trocitos de coco son las más típicas). Otra actividad muy generalizada es la de hacer barbacoa en verano. En mayo se llenan las tiendas y supermercados de barbacoas y utensilios, de carnes específicas para asar y de salsas para acompañar. Comer chuches (godis) los sábados es una religión casi, zampando bolsas de gominolas y chocolatinas. Los helados en verano e invierno es otra afición frecuente. Y la otra palabra a aprender desde el primer día es «mysig«. Se utiliza como adjetivo para describir algo agradable, entrañable. Y para un sueco el ejemplo es ver una película toda la familia junta, frente a la chimenea, comiendo palomitas o chuches, un viernes por la tarde cuando fuera nieva y hace 20° bajo cero!
Pero si hablamos de deporte de verdad, nos cuesta elegir uno como el más popular. Es indudable que los de invierno, desde el esquí de fondo al hockey hielo, son muy practicados durante muchos meses. Pero el fútbol, balonmano o baloncesto, tanto masculino como femenino, son también practicados y seguidos. Golf, ciclismo, equitación, natación y running tienen también muchos adeptos. Y otro deporte de masas aquí que nosotros no conocíamos es el bandy. Es un hockey sin patines, en pista de balonmano o fútbol sala, con una pelota pequeña y hueca y unas porterías de tamaño entre las de hockey y balonmano. Se juega a cubierto en invierno y al aire libre en verano. En general podemos afirmar que los suecos hacen mucho deporte y muy variado. Una cosa que nos ha llamado la atención es que muchísimas familias que viven en casas con patios tienen camas elásticas grandes donde los niños (y los no tan niños) se pasan horas saltando.
Tampoco creemos que haya una comida típica sueca. Los desayunos son fuertes, con café (por supuesto), yogurt, bocadillos (mantequilla, jamón, pâté, queso), cereales y fruta. El almuerzo suele ser frugal y rápido, en el trabajo. La cena es la comida principal. Además se fika 2-3 veces al día, lo cual hace las veces de merienda, media mañana y resopón. Las patatas, arroces y pasta son la base de la mayoría de las comidas. Casi siempre hay ensalada que se ofrece en forma de bufet para echarte lo que quieras. Carne de cerdo, ternera o pollo, casi siempre con salsas variadas, son más habituales que el pescado. Pan seco, duro y en mi opinión insípido es también muy popular. No es raro comer con leche o con una cerveza suave, pero los refrescos no son muy frecuentes. El agua del grifo esta buenísima y es gratis en todo los sitios. Normalmente los restaurantes suecos ofrecen una variedad escasa de platos en las cartas y suelen ser parecidos en los distintos restaurantes. A cambio hay muchos restaurantes internacionales en casi todas las ciudades. Los «tapas bar» supuestamente españoles triunfan mucho. El tipo de restaurante que hay en todos los pueblos es el que ofrece pizza, kebab, hamburguesas, perritos y ensaladas. Personalmente lo que más me gusta es comer (lunch) fuera los días de diario. Se ofrecen menos del día que consisten en un plato completo además de ensalada, café y bebida por un precio muy asequible.
Es cierto que Suecia es el paraíso para los amantes de la naturaleza. Es muy difícil vivir lejos de bosques y agua (ya sea mar, ríos o lagos). Y la conciencia social tan arraigada de los suecos hacen que lo cuiden todo mucho. Por eso pasear por un camino en medio de un bosque oyendo los pájaros y respirar aire fresco es un placer muy fácil aquí. Los insectos son el efecto secundario de esto. Mosquitos, garrapatas y bichos varios incordian con demasiada frecuencia.
No hay duda que España es el destino turístico número uno en Suecia. Es sorprendente lo fácil que es encontrar a alguien que acaba de llegar de España, que va a viajar en breve o que tiene una casa en Alcudia, Torrevieja, Nerja o el sur de Gran Canaria. Hasta hace poco Tailandia era tan popular o más, pero últimamente se ha encarecido el viajar allí y España gana cada vez más adeptos.

Hasta aquí el acercamiento a la cultura y sociedad sueca, versión simplificada.

Un saludo

3 pensamientos en “Los suecos

  1. Supongo que cada experiencia es diferente… me voy dentro de poco después de 2 años en Suecia. Me llevo cosas buenas, como amigos (no suecos, ya que son casi inaccesibles) y otras experiencias, pero sin duda, no volvería aquí a no ser que me viera obligada por no tener más opciones. Después de vivir en varios países, debido a mi trabajo, es en el país que más sola e ignorada me he encontrado. Gente que te tira casi la puerta a la cara porque no les importa si viene alguien detrás, que no te miran cuando saludas o te ponen mala cara porque no te conocen a pesar de que te ven todos los días por lo mismos pasillos durane meses, tanto quejarnos de la burocracia de nuestros países y aquí es casi peor… Pero no importa lo sólo que te encuentres, que tienes un horario estupendo, sueldo como nunca has tenido… Me he sentido como una cárcel de oro. «¿Cómo no te vas a sentir bien con esos horarios y sueldos?» Tal vez porque la indiferencia es lo que más duele en este mundo y nunca había sufrido tanta como aquí. Por algo será que el 47% fallece sólo en casa y los vecinos son los que se dan cuenta al tiempo por obvias razones… (http://kulturhusetstadsteatern.se/Film/Evenemang/2015/The-Swedish-Theory-of-Love/). Definitivamente infelicidad y soledad, es lo que más me llevo de esta experiencia. He entendido muy bien por qué eso de «Hacerse el sueco»…

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    • Siento leer tu experiencia negativa. Como bien dices cada uno tenemos situaciones diferentes. Coincido en que fácil no es pero posible sí, adaptándose a los cambios culturales.
      Suerte en tu siguiente destino!
      Un saludo

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